El sacerdote Abbé Pierre fue, indudablemte, uno de los personajes más célebres y más queridos por los franceses. Dedicó su vida entera a ayudar a los desamparados. En los años 1940, remodeló su casa ubicada en París para abrir sus puertas y alojar a todos los necesitados. Su casa empezó a adquirir gran fama y venían personas de todo el país buscando un techo en dónde morar. Cerca de la navidad, ya no había lugar para ni uno más. Pero pronto llegó una familia con un anciano y varios niños. El sacerdote no podía echarlos de su casa. Luego de buscar otras posibilidades en vano, tomó una decisión muy dificil.: sacó la imagen de Jesús del templo.
Quizás esta decisión pudo haber provocado la ira de los fieles, Quizás estos acusarían al sacerdote de olvidar sus deberes religiosos. Pero Pierre nos enseñó algo muy valioso cuando dijo algo acerca de la fe:
"Creo que la lucha a favor de los desamparados pudo prosperar gracias a Jesús, quien fue el primero en dejar Su lugar en beneficio de los que no tenían donde recostar su cabeza".
Jesús vino como el más pequeño de todas las personas: como el hambriento, como el sediento, el desnudo, el peregrino, el prisionero, el enfermo. La manera como tratamos a éstos, define la forma como tratamos a Jesús. Lo más hermoso, para una iglesia, es llegar a ser las manos y los pies de Jesús, quien vino al mundo a enjugar las lagrimas del hombre.
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