martes, 9 de febrero de 2010

Jesús Honrrá al Padre

Juan 8:48-59

48 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio?

49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.

50 Pero yo no busco mi gloria; hay quien la busca, y juzga.

51 De cierto, de cierto os digo, que el que guarda mi palabra, nunca verá muerte.

52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, nunca sufrirá muerte.

53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, el cual murió? !!Y los profetas murieron! ¿Quién te haces a ti mismo?

54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria nada es; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.

55 Pero vosotros no le conocéis; mas yo le conozco, y si dijere que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco, y guardo su palabra.

56 Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

57 Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?

58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.

59 Tomaron entonces piedras para arrojárselas; pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, se fue.

¿Por qué llamaron samaritano a Jesús los judíos (Juan 8:48.) ?

Juan contiene no solo este insulto, también tiene otros, que eran contestaciones burdas y argumentos ofensivos, para tratar de denigrar, rebajar y disminuir la autoridad y la influencia del mensaje de Cristo en el pueblo. Lo de Samaritano, es una acusación seria para cuestionar su origen puro (No judío en su totalidad, sino mezcla), es decir, estaba al mismo nivel de otra acusación presentada en el mismo libro, que dice: "No decimos que tu eres hijo de fornicación?...

Debemos recordar, que la historia, los comentarios y los rumores que hubo en Judea, en su concepción y nacimiento, fueron llevados por doquier, pues, este texto, debe ser comparado con la información inicial que contiene Mateo, Marcos y Lucas, donde algunos individuos rechazaban a Jesús, porque era conocido en el medio como hijo de Maria, pero no de José, y porque era habitante de un medio Judío tan controvertido, como lo era el territorio de Galilea de los Gentiles (Pues allí vivía un numero considerable de extranjeros no Judíos) .

Los samaritanos tenían una relación más estrecha con los judíos que los gentiles, tanto en sentido religioso como racial. Sin embargo, también eran considerados parias. “Los judíos no se tratan con los samaritanos”, escribió el apóstol Juan (Juan 4:9). De hecho, el Talmud enseñaba que “un trozo de pan dado por un samaritano es más impuro que la carne de puerco”. Algunos judíos incluso empleaban el término “samaritano” como una expresión de desprecio y oprobio (Juan 8:48).

¡Imagínate! Los judíos despreciaban a tal grado a los samaritanos que los consideraban menos que un animal. Por eso decirle samaritano a un judío era un tremendo insulto. Sin embargo, el señor Jesucristo no odiaba a los samaritanos, por eso no corrigió a los judíos que lo acusaban en ese aspecto.

De donde provienen los Samaritanos?

Después de la Destrucción del Reino Norte de Israel en el año 721 A.E.C. los Asirios llevaron cautivos a muchos Israelitas, y transportaron a Israel a cautivos de otras regiones. Según muchos Judíos, los Samaritanos surgieron de la mezcla de los Israelitas que quedaron y los paganos recién llegados, creándose un culto en parte Israelita y en parte pagano. Por otro lado, los Samaritanos se consideran descendientes de las tribus de Efraim, Menashé y parte de Levy y sostienen que ya se habían separado del resto de Israel mucho antes de la división de los dos Reinos.
Como quiera que sea, los Samaritanos solo aceptan los cinco libros de Moisés (su versión difiere en algunos detalles del texto Judío), y no los demás libros de la Biblia Hebrea. Ellos creen que el Lugar Santo es el Monte Gerizim, y no Jerusalem. En tiempos de Jesús, aunque habían pasado varios siglos, todavía existía cierta rivalidad entre Judíos y Samaritanos debido a las diferentes creencias.
Los Samaritanos llegaron a ser más de un millón, pero las persecuciones de los Cristianos del Imperio Bizantino redujeron drasticamente su número. Hoy solo quedan dos poblaciones Samaritanas en Israel (Kyriat Luza, cerca de Nablus sobre el monte Sagrado de Gerizim y un barrio en Holon, cerca de Tel Aviv) con un total de cerca de 800 personas.

LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS ENFURECEN A LOS JUDÍOS (Juan 8:12-59).

Se enfurecieron porque ÉL afirmó ser la Luz del Mundo (Juan 8:12-20).
Se enfurecieron porque ÉL dijo que ellos morirían en sus pecados (Juan 8:21-29)
Se enfurecieron porque ÉL les dijo que eran esclavos del pecado (Juan 8:30-36).
Se enfurecieron porque ÉL les dijo quien era su verdadero padre (Juan 8:37-47).
Se enfurecieron porque ÉL afirmó ser mayor que Abraham (Juan 8:48-59).

Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y tienes demonio?

Anteriormente el Señor les enfrentó con un asunto doctrinal: “El que es Dios escucha las palabras de Dios. Por esta razón vosotros no las escucháis, porque no sois de Dios.”; como no pudieron responder al fuerte argumento de Sus doctrinas, se mudan al abuso personal. Uno pensaría que ante el poderoso argumento usado por Jesús, serían humildes o su pensar de Jesús sería cambiado, no le verían como un falso, sino como el Hijo de Dios, sin embargo fue lo contrario, más se irritaron. De rabia se les llenó el corazón cuando fueron acusados de su infidelidad a Dios, así reaccionaron: “¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes demonio?”. Una calumnia de doble injuria: Samaritano y endemoniado.

El lenguaje empleado por los fariseos denota el arrebato que había en sus corazones para que parezcan odiosos a los ojos de los demás. Cuando las verdades del Evangelio tocan los intereses personales del mundano asi reaccionan. Primero condenan al inocente en sus propios corazones, y después comienzan a buscar las pruebas. Sobre esto alguien dijo: Esta clase de persona es así, se la pasan buscando defectos en los siervos de Dios con el fin de calmar la injusticia con que han herido a sus propias conciencias. La conciencia los acusa y en lugar de ser humildes, buscan defectos en otros para poder sentirse bien. Aprueban lo que debieran condenar. Eso es fariseismo diabólico.

La reacción de Jesús fue muy diferente a la rabia de sus acusadores: “Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis.” (v49). Ustedes me injurian y calumnian, pero en verdad estoy haciendo la voluntad del Pade. Su reacción fue calmada y misericordiosa. No respondió a la injuría de samaritano porque se caía por su propio peso, y como dice Agustín “el fue un buen samaritano”. Pero si le puso atención a la que cuestionaba su comisión divina. El pudo haberlos dejado en su error y que se condenaran, sin embargo no hizo así, ellos necesitaban ser salvados, la única manera de ser salvo es oyendo la Palabras de Cristo, viéndole como Hijo de Dios, si no veían eso les acarreaba condenación eterna; así que no tanto por defenderse sino por ofrecerles salvación, les habló palabras para sacarlos del error. Notemos esto: “ Yo no tengo demonios, antes honro a mi Padre”, o quien honra a Dios no tiene demonio. Destacamos varias lecciones:
1.Que hacer la voluntad de Dios es la mejor defensa contra aquellos que nos acusan falsamente.
2.Hacer la voluntad de Dios es una defensa en contra de los demonios.
3.El que honra al Padre va a ser injuriado.
4.El que honra al Padre, el Padre le honrará.

¿Honrró al Padre con mis acciones y mi palabra?

¿Procuro la salvación de mis adversarios?

¿Estoy dispuesto a sufrir por honrar al Padre?

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